Introducción
El cannabis es una planta que viene utilizándose desde
la antigüedad, ya se conocía en Asia central y
China alrededor del año 3000 a.c. y en la India y el
Cercano Oriente poco después.
Su introducción
en Europa se hizo probablemente a través de África.
Fue durante la campaña de Egipto, cuando los médicos
franceses descubrieron las propiedades psicoactivas del cáñamo,
y el uso que de él se hacía, añadido
a la miel o fumado sólo o con tabaco.
Historicamente,
el cannabis se ha utilizado por su valor medicinal y ha sido
utilizado en la medicina popular hasta principios del siglo
XX.
Era considerado útil su valor como analgésico, anestésico
tópico, antiespasmódico, antidepresivo, estimulante del
apetito, antiasmático y antibiótico.
En el siglo XX su utilización como fuente de placer
se extendió desde las clases más bajas a la
clase media en occidente, especialmente entre los intelectuales.
En los años 60 y 70 se expandió desde varias
comunidades universitarias a las escuelas elementales.
Esta
expansión como moda, casi oscureció la histórica
utilización del cannabis como medicina. Aunque no hay
establecido ningún uso terapéutico del cannabis
en este momento, se está estudiando su posible uso
en el tratamiento de la depresión, pérdida de
apetito, hipertensión arterial, ansiedad, migrañas,
y varios problemas ginecológicos y menstruales.
Era utilizado principalmente en forma de tintura: flores
y hojas fragmentadas que se dejaban macerar en alcohol durante
quince días y luego se retiraban los restos sólidos.
La tintura de cáñamo indiano se utilizaba contra
los espasmos, calmante de los dolores cancerosos, úlceras
estomacales, neuralgias, cefaleas y ataques de reumatismo.
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